Como siempre que arribamos a un nuevo puerto nos dedicamos a pasear por sus
pantalanes y a mirar éste o aquel barco, no hay vez que no nos sorprendamos con alguno, éste por ejemplo lleva aquí, según gente del lugar, unos 15 o 20 años!!! sin moverse, el barco en si ya es raro ya pero su historia debe de ser mas rara aún.

O éste pequeño
catamarán de unos 8 o 9 metros de eslora, es de una pareja de Italianos que partían para
Senegal y
Mauritania. Según contaba la mujer llegar aquí les costó una fuerza 8 donde ella lo pasó realmente mal, no tenían piloto y se turnaban para las guardias cada tres horas, lo habéis visto bien?? sólo tienen un pequeño espacio para dormir en cada uno de los cascos, soy incapaz de imaginarme a esa mujer sola llevando el timón con vientos de 40 nudos que ni quiero imaginarme la ola que habría!! y sin tener el consuelo de refugiarte en el interior para recuperar fuerzas, increíble,
chapeau!!. Insistían en que el barco se comportó muy bien, como siempre los barcos aguantan mas que las personas!!! a su lado un siroco, un barco para románticos, me encanta, parece que lleve gafas de sol puestas.


Una mañana el Sisco se fue a comprar el pan, vino sin pan pero con nuevos amigos.
-Silvi ven, que te voy a presentar, mira ella es Montse, él Norberto y su hijo Naroe.
Viven en Lanzarote y vienen aquí con su Larache I a pasar los días de fiesta. El Larache es un bavaria 37 al que Norberto cuida con mimo. Nos invitaron a café, cosa que agradecí enormemente, (el mío se había acabado hacía días y estaba harta de colacao ) y pastel de Navidad. Mientras hacíamos tertulia, apareció Pepe y continuamos con ella. A la noche, Norberto y Montse nos invitaron a unas pizzas en un bar con un vino blanco bonísimo!!! Gracias!!
Acabamos la noche en el Larache donde Montse nos sirvió un poleomenta mientras hablábamos y soñábamos con barcos. Me dejó un libro " Izando mi corazón" de Carmen Nadal, el cual ya me he leído y recomiendo, gracias Montse!! 

Al día siguiente nos encontramos a Pepe que nos invitó a su bonita casa a tomar
bermout,
choricito , pan tostado y cerveza junto con su perrita
Olga y encantados estuvimos escuchando las mil y una historia que Pepe tiene para contar.Él también me dejó un libro que acabo de empezar, " el hombre sonriente" de
Henning Mankell, no conozco éste autor, es un descubrimiento.
Sólo por conocer a toda esta gente vale la pena haber llegado hasta aquí.
Estamos donde el tiempo transcurre a ritmo de las mareas, que bonita frase, no es mía es de Norberto.

Y cuando nos hayamos ido éste lugar seguirá igual, esperando al próximo
transeúnte.
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